El recocido en joyería es una técnica esencial que hay que conocer a la hora de hacer bricolaje en metales preciosos o no preciosos. De hecho, será casi imposible trabajar un metal sin pasar por este paso.
¿Quiere saber cuál es la forma correcta de recocer el metal? En este vídeo, Lucie explica cómo recocer el metal para tener un gesto seguro.
Naturalmente, un metal se endurece como resultado de las tensiones mecánicas a las que se somete durante la fabricación, como el martilleo, la torsión, el doblado, el moldeado, el prensado, el estirado o el laminado. Esto se llama endurecimiento del trabajo. Y cuanto más se endurezca por el trabajo, más duro será y, por tanto, más difícil será su deformación.
Para reducir la dureza y devolverle su maleabilidad (hacerla blanda) y ductilidad (capacidad del metal de deformarse plásticamente sin romperse), la única solución es el tratamiento térmico por recocido.
¿Qué es el recocido? El recocido consiste en calentar un metal a una determinada temperatura con un soplete para devolverle todas sus propiedades mecánicas y facilitar su trabajo. El paso de recocido es muy importante y puede realizarse tantas veces como sea necesario durante el diseño de una pieza de joyería.
El recocido del metal no requiere mucho material. Todo lo que necesitas es :
La técnica es bastante sencilla. Aplique la llama de su soplete, envolviendo al máximo la pieza a recocer. La llama de su herramienta debe ser media: ni demasiado suave ni demasiado fuerte y no demasiado oxidante. Debe estar ligeramente amarillo al final.
La placa metálica debe calentarse uniformemente y la temperatura de recocido debe mantenerse hasta que se consiga un color rojo uniforme en toda la pieza. Cuando se consigue el mismo color rojo en todo el proceso, se puede detener el calentamiento.
Nota: Lo ideal es ponerse en una habitación oscura para observar la reacción del metal y el color de la pieza.
Tenga en cuenta que nuestro soplete de gas puede ayudarle con las piezas pequeñas o los trabajos muy finos, como los anillos. Pero si quieres recocer piezas metálicas más grandes, tendrás que invertir en una herramienta más importante, como un soplete brasileño o una lámpara de soldar.
Tras el recocido, el metal debe sumergirse en agua a temperatura ambiente para enfriarlo. Este choque térmico detiene el proceso de calentamiento. A continuación, hay que desoxidar la pieza para eliminar los restos de oxidación que haya dejado la llama del soplete y recuperar un bonito color uniforme.
Sin embargo, hay algunas excepciones en las que sumergir la moneda en agua resulta arriesgado:
Una vez que lo hayas recocido, sólo tienes que continuar con tu creación.








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Perles & Co société Internet & E-Commerce [07/10/2021]
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