
Para empezar, coge un trozo de arcilla polimérica blanca y amásalo entre las manos para calentar la arcilla. Una vez ablandada, podrás trabajar mejor con ella.
Coge el rodillo y estira la pasta hasta obtener una lámina de unos 3 mm de grosor. También puedes utilizar una máquina para hacer pasta si tienes una.






















