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A menudo eclipsada por piedras más conocidas, la crisoprasa es un tesoro oculto en el mundo de las gemas. Con su color verde que va de translúcido a lechoso, a veces veteado con tonos más claros o marrones, es una elección exquisita para la joyería hecha a mano, añadiendo un toque de frescura natural.
¡Inspírese en nuestros tutoriales de joyería con piedras naturales y cree joyas únicas con nuestras cuentas y componentes de crisoprasa!
El nombre de esta piedra natural (que antiguamente formaba parte de la antigua categoría de piedras semipreciosas) procede del griego "chrysos", que significa oro, y "prason", que significa puerro, en referencia a su característico color verde.
En la mitología romana se asociaba a Venus, diosa del amor y la belleza. De ahí su otro nombre,"piedra de Venus".
La crisoprasa es una de las piedras preciosas más antiguas utilizadas por el hombre para fabricar joyas y objetos decorativos. Conocida desde la antigüedad, era apreciada por su vibrante color verde. Los egipcios, griegos y romanos la utilizaban para fabricar sellos y amuletos.
El naturalista romano Plinio el Viejo la menciona en su obra "Historia Natural". Un pasaje de la Biblia describe también su presencia en los cimientos del muro de la Nueva Jerusalén.
Cuenta la leyenda que Alejandro Magno, rey de Macedonia, llevaba siempre una en el cinturón. Creía que la crisoprasa podía darle la previsión necesaria para tomar las decisiones estratégicas correctas y asegurar siempre la victoria en el campo de batalla. Desgraciadamente, un día su amuleto cayó a un río que estaba cruzando. Lo consideró un mal presagio y nunca volvió a ganar una batalla.
En la Edad Media, se creía que esta piedra verde tenía poderes mágicos. Se creía que podía hacerte invisible si te la ponías en la boca.
Pero fue durante la época victoriana cuando ganó popularidad, adornando a menudo las joyas de la época con su color que recuerda el nuevo crecimiento de la primavera.
El emperador Federico II de Prusia incluso la eligió para decorar su palacio y sus muebles.
La crisoprasa es una piedra natural de color verde brillante, que varía del verde manzana al verde intenso, a veces con toques amarillos o marrones. A veces es blanquecina.
Esta piedra natural es única entre las piedras preciosas, ya que ofrece una translucidez que le confiere profundidad y luz interior.
Por su color, a veces se confunde con la jadeíta.
Esta piedra natural es una variedad de la calcedonia y es relativamente dura, oscilando entre 6 y 7 en la escala de Mohs. Su composición le confiere una robustez ideal para la joyería.
Su densidad varía entre 2,6 y 2,7 g/cm³.
Los principales yacimientos se encuentran en Australia, Brasil, Rusia, India, Madagascar, Estados Unidos, Sudáfrica y Tanzania.
En litoterapia, la crisoprasa se considera una piedra de renovación y relajación. Favorece la comprensión y la tolerancia, al tiempo que aporta un sentimiento de seguridad y confianza en uno mismo. Calma la cólera y reduce los sentimientos negativos.
¿A qué chakra pertenece la crisoprasa? A menudo se asocia con el chakra del corazón, fomentando el amor y la curación emocional.
Es la piedra de Géminis, Cáncer, Libra y Piscis.
Atención: nuestras piedras preciosas no se venden para litoterapia. Las piedras naturales no sustituyen a los conocimientos o tratamientos médicos.
Para liberar la crisoprasa de cualquier energía negativa que haya podido acumular, es necesario limpiarla, purificarla y recargarla.
Para purificarla, sumérjala en agua desmineralizada durante unas horas. Para recargarlo, basta con dejarlo al sol durante unas horas.
La crisoprasa combina bien con metales dorados y plateados. Para un look atrevido, combínela con Gold Filled (oro laminado) o Gold Plated (chapado en oro). Para una elegancia discreta, opte por laplata 925 o elacero inoxidable.
¿Qué piedra llevar con la crisoprasa? Los litoterapeutas consideran que esta piedra verde combina perfectamente con gemas del mismo color, comola aventurina verde, la serpentina o el peridoto. Pero también puede ser beneficiosa con otras piedras:
Sin embargo, no es aconsejable combinarla con piedras muy energéticas, comola obsidiana, o estimulantes, como la cornalina o el jaspe rojo. Estas combinaciones pueden resultar demasiado intensas para la suave energía de la crisoprasa.
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